miércoles, mayo 06, 2009

Hitos urbanos

La cultura latina a la que pertenecemos tiene, desde sus inicios en la antigüedad griega y romana, la costumbre de preservar sus monumentos. Les damos nombre de patrimonio y los pasamos de generación en generación procurando así su cuidado más allá de nuestro tiempo.
Son esos monumentos los que Kevin Lynch llama "hitos" y que se vuelven la referencia espacial (y social, temporal, cultural, etc.) de la ciudad. Son sus cicatrices de guerra. 
Pero cuando estos hitos se pierden físicamente, ¿qué dejan en su lugar?
Encontramos sus recuerdos en los nombres de calles y plazas, que continúan aunque el monumento haya dejado de existir. Son la referencia popular, la letra no escrita, la línea borrada, el trascender.

El monumento entonces, al convertirse en un hito urbano, trasciende a otro plano de existencia, que no tiene una relación forzosamente necesaria con su existir físico.

De ser entonces opcional su existencia física, una vez que el monumento es reconocido como hito ¿es necesaria su conservación?

Cuando el hito (la leyenda, por así decirlo) del monumento existe, podemos entonces usar esa "fama" ya ganada y reestablecerla continuamente, cambiándolo físicamente, una y otra vez. Con esto se rompería la idea del monumento "estático" en el tiempo-espacio y su valor podría provenir precisamente de un indefinido e infinito cambio "dinámico".

Podríamos cambiar neoclásicas estatuas ecuestres, por amarillos origamis que representen caballitos.

2 comentarios:

VaneNightSoul dijo...

Muy interesante, había estado pensando acerca del tema, que las ciudades van cambiando de población, de generaciones, y por esa "conservación" del Hito físico, es que no trasciende a ellos el alma del hito, su memoria y caen en el abandono como tantos hitos que he visto en decadencia en mi ciudad y en otras de mi país... Creo que es hora de "cambiar neoclásicas estatuas ecuestres, por amarillos origamis que representen caballitos." para que los habitantes sientan suya la ciudad, la sientan cercana a ellos.

Antonio Rm dijo...

Creo que tú pregunta la tendrían que resolver las personas que habitan el lugar. Es decir, lo que deseamos contruir y general en algún espacio debe de estar concensuado a partir de los intereses de las personas que habitan, que recorren y que administran. Por lo que creo que un hito perderá su forma y quizás su función cuando la localidad (gente, ornganización social, lo cotidiano) así lo contemple. Pero en mi humilde opinión, lo bello de un objeto, es que puede mutar con cada interpretación que se haga de él, de ahi lo interesante del hito, que puede ser capturado en un tiempo y espacio espécífico. La mirada será la que cambiará. ¿Por qué no pensar en cambios en esos objetos artisticos herencia de un pasado complicado? y ¿por qué no pensar mantenerlos para cuestionarlos como parte de la humanidad?