lunes, agosto 28, 2006

en donde no hay nada


El vivir, movernos, trabajar, en centros urbanos, siempre iguales, siempre los mismos, nos genera mapas mentales formados por manchas bien definidas y grandes zonas difusas, de materia perdida, grises o marrones.
Pero es en esas zonas olvidadas donde debemos regresar, por que precisamente ahí donde no existen nuestras relaciones con los problemas cotidianos, es donde podemos encontrar su solución.
Lo que entendemos como desierto, lugar donde no hay nada, es un hervidero de una gran variedad de soluciones a los problemas más esenciales del arquitecto, solo tenemos que ir ahí y poner atención... abrir bien los ojos.
No hay nada nuevo bajo el sol, después de todo.