domingo, diciembre 11, 2011

Ciudad a pesar de sus habitantes







"La ciudad es lo que es, por que sus ciudadanos son lo que son"
Platón.

La pregunta es sencilla y a la vez compleja: ¿por qué existen ciudades bellas y por qué otras no lo son? ¿Tiene esto que ver con su tamaño físico, su densidad de población, su economía, su importancia política dentro de la estructura general del país, su clima, su edad, la educación de sus habitantes, el nivel del desarrollo del país...? (y un vasto "etc.").
Si pensamos en la ciudad como la suma de sendas, bordes, hitos, plazas y demás elementos que la forman, organizados funcionalmente para que den servicio a las actividades humanas que en ella se desarrollan, entonces la "belleza" de la ciudad irá más en función al grado de "optimización" del servicio que la ciudad ofrezca a sus habitantes. Es decir, en principio, la ciudad será más bella a medida en que sus habitantes puedan desarrollarse mejor en todos los aspectos de la vida urbana. Y en ese sentido cada ciudad se debe a sus habitantes y sus circunstancias a través de la historia. Las ciudades bellas se han adaptado mejor a la vida de sus habitantes que las que no lo son. O visto desde el otro ángulo, ha habido sociedades que entiendan mejor sus circunstancias y necesidades y han podido resolver su espacio urbano de la mejor manera. Hay organizaciones urbanas más eficientes que otras.

Ahora bien, esa eficiente organización  que distingue a las ciudades "bellas" no es casualidad, sino el producto de la reflexión y ejecución continuas en el tiempo. Podemos leer en cualquier ciudad zonas de crecimiento más eficientes en su tiempo que otras. Las ciudades más "bellas" tienden a ser eficientes durante periodos de tiempo más largos que las demás.

La oración, para estar completa, debe entonces ser: "la ciudad es lo que es, por que sus ciudadanos son lo que son: seres respetuosos de su entorno (social, político, económico y ecológico)". Pero la realidad es que el hombre por naturaleza, si bien es un ser sociable, tiende a ser reaccionario a esta condición. El hombre es social por conveniencia, no por naturaleza. Y para poder vivir en sociedad debe crear leyes y reglamentos que observen la conducta de cada uno de sus integrantes por igual. La ciudad entonces será eficientemente organizada en la medida que la base legal y la observación y cumplimiento de estas leyes, sean eficientes.
Se encontrará así entonces una relación directa entre la "belleza" de la ciudad y su base jurídica urbana, así como los mecanismos para que esta base sea respetada. Las reglas deben ser coherentes con la realidad urbana de la ciudad y en la medida que estas se hagan cumplir, el crecimiento de la ciudad podrá tender a un nivel óptimo.

Para corregir la ciudad la única manera es empezar por corregir, atinadamente, sus leyes y reglamentos y sujetarse a ellos... y esto no permite que todos opinen sobre el rumbo de la nave. No hay París sin Haussman o Barcelona sin Cerdà (pero tampoco con 100 como ellos). El urbanismo debe ser en gran medida un acto de tiranía.


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