martes, abril 28, 2009

Sobre enfermedades respiratorias y arquitectura


Tal vez no sea momento de hacer visitas guiadas, probablemente sea el peor lugar para cultivar el conocimiento arquitectónico en este momento, pero aprovechemos para recordar de la época en que las propuestas arquitectónicas sí lo eran.

Pilar importante de la teoría de la arquitectura mexicana del siglo XX fue José Villagrán García (1901-1981), quien empieza su carrera trabajando para el Departamento de Salud Pública. Es ahí dónde desarrollaría uno de sus principales proyectos, el Hospital para Tuberculosos en Huipulco (hoy Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias), terminado en 1929.  Tras el profundo entendimiento tanto del programa, como de la arquitectura funcionalista, logra proyectar lo que sería una propuesta completamente antagónica a lo que se tomaba como norma en la arquitectura hospitalaria: desmembrar el funcionamiento físico del inmueble, creando pabellones separados, donde se pudieran controlar y aislar a los pacientes sin poder poner en peligro a todo el hospital.
Esta separación o demembramiento del programa arquitectónico en su obra lo encontraremos más adelante en los talleres de la facultad de arquitectura, al lado de Xavier García Lascurain, de 1954.





Explotar el programa arquitectónico para dar autonomía a sus partes no es invención de Villagrán (la misma Acrópolis es una muestra de este esquema), pero en una época en la que la economía pesa demasiado sobre el proyecto y buscamos elementos polivalentes, espacios "todo-en-uno", o simplemente ahorrar medio metro en la tubería de agua caliente, dar una hojeada a estos "clásicos" de la arquitectura es un buen ejercicio.




Las propuestas (¿en serio son estas las propuestas?)

Obviamente hay cosas más importantes en este momento de qué hablar y a qué atender. Pensaba hacer un comentario extenso sobre el concurso del Arco Bicentenario, pero ya no será así.
Para cerrar este tema y no dejarlo en el cajón de los recuerdos a que se empolve más, solo dejo un par de observaciones:

  • Es penoso que las cosas se hagan de esta manera en México, eso ya lo sabemos, pero no deja de sorprender. Concursos que son una pasarela de egos y que además se hacen al vapor, no dejan nada bueno a nadie; ni a quien los organiza, ni a los que concursan, ni a los que tienen el potencial para hacer cosas mejores y no les dan la oportunidad de demostrarlo, ni a los ciudadanos que finalmente vivirán con el resultado de acciones mal tomadas.
  • La calidad de los 35 top (según el Gobierno del DF) en realidad deja mucho que desear. Sobre todo en un concurso que aunque mal planteado, es una manzana que cualquiera se quisiera comer (estar junto al alcázar, diana, columna de la independencia, etc. en la principal avenida de México (país) es un lugar que cualquiera quisiera, aunque lo niegue).  ¿Qué pasa?  ¿Ese es el mejor esfuerzo de la "mejor" arquitectura nacional en tiempos del bicentenario?
  • Me parece obvio que la decisión del ganador se decidió más en base a costos y posibilidad con el tiempo de entrega... ¿por qué seguimos en un país donde las cosas no se dicen por su nombre? Aclaro que no tengo nada en contra del diseño ganador, me parece agradable haciendo a un lado el hecho de que solo sea la pata del arco, además tampoco tenía mucha competencia.  Esperemos esté a tiempo para el bicentenario y no para el tricentenario... aunque nadie diría nada si así fuera...
  • Tengo que dar las gracias a algunos participantes por su excelente sentido del humor, ¡el sapo radioactivo es genial!
  • Zabludovsky bautizó como "la paleta mimi" al proyecto ganador... muy atinadamente. Pero que recuerde que su hermano, de seguir con nosotros, hubiera sido muy probablemente el concursante 38...  seguro la perspectiva hubiera cambiado.



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Para terminar. Es muy válido hacer críticas y tratar de abrir debate, eso nos enriquece y forma una opinión más amplia, pero tomar los 150 mil pesos que daban a los concursantes para hacer una crítica tan al margen (la crítica en sí me parece interesante y válida) al concurso en sí, verdaderamente me parece que es morder la mano que te da de comer. Deberían haberse hecho a un lado (como algunos lo hicieron) desde un principio, y con 150,000 de su bolsa hacer la crítica.  


sábado, abril 25, 2009

.. y luego?


A toda acción armada de grandes dimensiones antecede un pensamiento profundo que la desencadena. Hace 200 años la independencia comenzó en el momento más conveniente para los criollos de separarse de España, no se trataba de liberar "indios" del yugo del reino, sino simplemente de cambiar de dueño (un golpe de estado, finalmente). Hace 100 años la historia se repetía y por medio de la Revolución el país cambió de manos. Un nuevo ciclo está por cerrarse, pero esta vez, estoy seguro que habrá paz. Las ideas "librepensadoras" no se ven por ningún lado. Hoy reina el conformismo, y esa idea per se es contraria al movimiento que produzca cualquier cambio.

El Paseo de la Reforma se antoja un instrumento "profético". Sus estaciones o nodos representan cada una de las etapas de la historia de México. Cuahutémoc y nuestro origen indígena; el "Caballito" (ahora en su memoria se posa un Transformer-Caballito) del virreinato; el Alcázar Imperial; la Columna de la Independencia (con su victoria alada); el Monumento de la Revolución (ok... este está fuera del eje, pero se le ve de reojo) y próximamente, el Arco del conformismo, o el Arco que no llegó a ser Arco, del bicentenario.

La Pata del Arco creo que representa de una manera sublime su época. Como cada uno de los iconos anteriores, su lectura es clara. El Imperio en las alturas, muy por encima del pueblo representado por el Alcázar; Cuauhtémoc defendiéndose con una lanza del embate de los conquistadores (poco pudo hacer); o la Columna de la Independencia donde el pueblo era representado con un león!!! (¡qué tiempos aquellos!).
El "Arco del Bicentenario" es muestra del México que recibe al siglo XXI. Hace 100 años, la revolución más importante no fue la armada, sino la revolución ideológica, la que llevó a cuestionarse a aquellos mexicanos de dónde venían y qué rumbo querían tomar. Hoy el país es otro (el cuerpo humano se regenera completamente cada 7 años, el país parece ser que cada 100 años es otro y no queda ni pizca del anterior). 

Como muestra de esto quedará el Arco que prometieron y del que solo nos darán una patita.

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miércoles, abril 22, 2009

EL ORIGEN INDÍGENA

La Revolución Industrial tendría su fachada en las Exposiciones Universales, siendo una de la más importantes la realizada en París en 1889.

¿Qué se propondría exhibir al mundo civilizado como "lo mexicano"?

La pregunta nos lleva a dos lógicos caminos: el del origen indígena, precortesiano, y el de la herencia española.

Porfirio Díaz llevaba las riendas del país hacia la modernidad por medio de las relaciones con Europa, principalmente con Francia. El asunto con España era distinto a finales del siglo XIX, pues hacía menos de 8 décadas que se había roto la relación virreinal con esta. Es por esta razón que el camino que se habría de seguir, y que fué mostrado en la exposición de 1889 y más tarde en la de Sevilla de 1929, fue el del denominado Neoindigenismo.
Con esto se señalaba un México que buscaba reivindicarse con sus nativos indígenas "sanando" el daño hecho por los españoles durante el virreinato. Esta revalorización del origen indígena mexicano ante la modernidad significaba un "borrón y cuenta nueva", desarrollando un pensamiento y estética que tendrían gran fuerza a lo largo de la primera mitad del siglo XX (como se aprecia en el trabajo del muralismo, por citar un ejemplo).

Este neoindigenismo, que tuvo grandes representantes, como lo fue Manuel Amabilis (pabellón de México en la Exposición de Sevilla de 1929, que aparece en las fotos). Su formalismo estético fue una mezcla de los elementos indígenas, de las culturas maya, tolteca y azteca, principalmente, con las líneas depuradas de la modernidad, en especial del Art Nouveau.

Entonces, a finales del s. XIX y principios del s. XX, México miraba hacia una modernidad industrial, alejada todavía de España, pero sabiendo su conveniente acercamiento a los países ya industrializados.

Esta línea del pensamiento se iría tornando difusa conforme el siglo XX avanzaba y la "aldea global" crecía. El tema indígena se iría olvidando y se buscaría la homologación con el resto del mundo. 

Me parece que si el indigenismo no fue un movmiento de ninguna manera  sincero, y que se regía por intereses de conveniencia, finalmente fue una linea de pensamiento que marcó la pauta del desarrollo y pensamiento de la primera mitad del s. XX.  El problema es que esa directríz, si bien agotada tal vez hasta sus últimas consecuencias, no fue sustituída por ninguna otra de la misma importancia, lo que nos deja a principios del s. XXI con la brújula girando en todas direcciones.

martes, abril 21, 2009

LOS FESTEJOS DEL CENTENARIO: EL INICIO DE UNA ERA Y LA REAFIRMACIÓN DE OTRA.

El siglo veinte avanzaba sobre los rieles de la modernidad, representada por la máquina de vapor.
El Porfirismo luchaba por mantenerse en la cima de la colina política a los ojos tanto del interior como del exterior del país.
El modelo era Francia, y en 1889 había celebrado la impresionante Feria Internacional donde los países mostraron su vanguardia en diferentes campos, principalmente el tecnológico. La Revolución Industrial era una realidad pujante y marcaba el ritmo de la vida. Era la Belle Epoque.
El cambio de siglo entre el XIX y el XX probablemente haya sido el más importante de la historia moderna, y en México todavía tenía inercia cuando se planearon los festejos para el Centenario de la Independencia.
Estos festejos darían el marco perfecto para que Don Porfirio mostrara su estabilidad y fortaleza al mando del país, como tambien, para acelerar ese acercamiento que pretendía hacia un México más "europeízado".

Es obvio que para festejar cien años de vida independiente, es decir, de un estado socio político natural al 100% de los mexicanos de ese entonces (se puede decir que no existía ya nadie "pre-independiente" y que todos habían vivido toda su vida en un México libre de la relación virreinal con España), que lo primero fuera preguntarse ¿qué es lo mexicano? ¿de dónde venimos? ¿a dónde queremos llegar?
Fue esta interrogante la que llevaría al pensamiento de principios del siglo XX a reconocer al méxico indígena y al méxico criollo como uno solo.


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Con esta entrada empiezo una serie de reflexiones sobre el México de hoy y su representación en el quehacer arquitectónico.

lunes, abril 20, 2009

LA ARQUITECTURA Y EL PALADAR

Anthony Bourdain, en su episodio de Jamaica dijo una frase que iba más o menos así: "una comida similar, en un restaurante de la ciudad, sabría mediocre... pero en la playa sabe fantástica", luego hizo un comentario en el que afirmaba que si además comías con los pies descalzos, en contacto con la arena, sabría aún mejor.

Esto es debido a que el espacio, su percepción, y el estado de ánimo que nos provoque, hace que los sentidos se agudicen o relajen. 

El espacio se percibe principalmente por la vista. Cerremos entonces los ojos al proyectar y dejemos al lado las imagenes para poder pensar exclusivamente en sonidos, texturas, olores y hasta sabores. Sería un buen ejercicio.


martes, abril 14, 2009

EL 2009 PARA ZUMTHOR

Es inevitable saber quien gana el Pritzker cada año. Es la gran noticia para quienes estamos dentro de esto.
En lo personal, el Prtizker lo había bajado de la respisa donde se guarda el Premio Nobel, el León de Oro de Venecia o la Palma de Oro de Cannes y lo había puesto en aquella donde se exhiben los premios Oscar y Tvynovelas. Tanto seguirle alimentando el ego a los arqutiectos super star de repente empieza a aburrir.
Es por esto que me da mucho gusto que la noticia este año fuera la elección como ganador de Peter Zumthor.
La verdad es que para mí era un nombre conocido... pero no sé bien por qué. No conosco ninguna de sus obras, ni construída ni escrita, pero es de esos nombres que uno tiene en la punta de la lengua. Junto con la noticia, viene la avalancha de textos destacando su obra, y resulta que su obra no es destacable, por lo menos no en el sentido de la arquitectura mediática, rápida, de plástico, que invade los blogs especializados. Su arquitectura resulta ser todo lo contrario, por lo que me vengo enterando. Una arquitectura pensada, meditada y añejada en barrica de roble blanco. Sus obras son pocas, pero les dedica el tiempo y trabajo que ya nadie le dedica a su oficio. Por si fuera poco, ha dejado claro que no le interesa hacer centros comerciales o grandes y lujosos edificios. Lo suyo es conocer el lugar donde se desarrolla su obra, ni más ni menos.
Seguiré buscando con los ojos más abiertos sus huellas de aquí en adelante, pero por hoy, el sabor en la boca por su premiación es grato.  
En buen momento.