viernes, mayo 22, 2009

Las edades de la ciudad (o "todavía tenemos patrimonio que perder")

Las ciudades pueden estudiarse como seres vivos.
Desde su nacimiento/fundación sufren acontecimientos semejantes a los biológicos. Entran en etapas de crecimiento, que de acuerdo a varios factores, internos y externos, pueden ser más o menos rápidos. Las ciudades también enferman, sanan o mueren.

El crecimiento de las ciudades, entendiéndolas como el todo, se puede leer en el análisis de sus partes. Esta lectura nos llevará a entender y separar las distintas épocas, momentos o "edades" de la ciudad.
Ya que la arquitectura es la respuesta a los problemas y necesidades de la sociedad, esta nos hablará de lo que se vivía en el momento de su surgimiento. El aumento o disminución en la tipología de cierto tipo de edificaciones de algún momento histórico definido; el crecimiento o surgimiento de nuevas colonias y fraccionamientos y su intensidad; la aparición de edificios de diferentes tipos de servicios, primarios, secundarios o terciarios; e incluso la lectura de los estilos arquitectónicos de cada época son las bases para la lectura de la historia de cualquier ciudad.

México (como seguramente muchos otros países) ha sido un país que sistemáticamente ha tenido miedo al cambio y la propuesta en cuanto a conservación y restauración de su patrimonio se refiere. Queremos que las cosas se queden en su estado ideal (mismo que muchas veces nunca tuvieron), congelándolas en el espacio-tiempo y no permitiendo que envejezcan, maduren o se transformen. Estoy seguro que esto se debe en gran parte a la ignorancia en las acciones que ha llevado a que irremediablemente se pierda gran parte del patrimonio edificado, natural e intangible. ¡Pero atención!, esta ignorancia proviene de todos los niveles de sociedad que intervienen en el cuidado de lo nuestro: autoridades, profesionistas, dueños, usuarios y pueblo en general que hemos permitido que esto suceda. "La gata no era arizca, así la hicieron" reza el dicho, y esto es lo que ha ocurrido con la salvaguarda del patrimonio, para evitar que la ignorancia termine con él, ignorantemente se han colocado todas las trabas para que no se pueda llevar ninguna acción, ni buena ni mala. "Si el patrimonio se ha de perder, que sea el tiempo quien acabe con él, no yo... a mí que no me culpen... yo no hice nada... yo no lo toqué... es más, ni siquiera lo vi de reojo" debería estar escrito con letras doradas en el vestíbulo del Instituto que tiene su cuidado a cargo.

Hoy aparece la noticia en el diario de Tehuacán: "quieren que sea histórico el centro". De esa frase se pueden deducir varios puntos. 

Primero: que hay alguien que "quiere" que el centro (de la ciudad) sea histórico, ya que por él mismo no lo es. Para que se decrete que una zona en general (el centro de la ciudad en particular) sea considerado como "histórico", debe existir una densidad considerable de monumentos patrimoniales dentro de un polígono específico que ameriten que este sea considerado como tal en su totalidad. La ley de monumentos que actúa sobre nuestro patrimonio, que además cabe decir, es unos cuantos meses mayor en edad que quien esto suscribe, no específica cómo medir dicha densidad ni establece parámetros objetivos para hacerlo.

Segundo: ¿Por qué alguien querría hacer del centro (de la ciudad) algo que no es? La Ley contempla el cuidado y resguarda, así como sanciones a quien no las cumpla, del patrimonio en general. Los edificios que por cualquiera de la lista de razones que la Ley marca, deba ser considerado como patrimonio, no debe estar "registrado" ni "dado de alta" en ningún lugar, lista o catálogo para ser protegido. No es necesario que se declare toda una zona o polígono como "histórico" para que la salvaguarda del patrimonio quede garantizada. Es más, si el patrimonio se ha ido perdiendo, es precisamente por la ignorancia de las autoridades municipales, estatales y federales por no actuar e impedirlo. 

Tercero: Si alguien quiere que el centro (de la ciudad) sea considerado como histórico, cuando la gran parte de los edificios que deben ser tomados como tales se han perdido, es por alguna razón, seguramente para su interés propio.

Al hacerse la declaratoria de Centro Histórico o Zona de Monumentos, la Ley Federal no solo actúa en el edificio en sí, sino en la totalidad del polígono. Esta actuación, como antes mencionamos, significa que no se toque nada sin el beneplácito de la Ley de 1972y del Instituto Nacional de Arqueología e Historia. Para poder actuar sobre tal vez el 98% de los edificios que componen el Centro Urbano de la ciudad de Tehuacán, se debe someterse a los lineamientos, altamente restrictivos, de un Instituto que aboga por "cuidar" al restante 2% (acción que en la práctica dudosamente se realiza).
La Ley del 72 marca como monumentos edificados patrimoniales todos aquellos que fueron creados hasta el siglo XIX. Los monumentos del siglo XX quedan bajo el resguardo del INBA. Esto de entrada ya es muy cuestionable si pensamos que para que algo sea considerado "antigüedad" debe tener más de 100 años, lo que ya empieza a dejarnos lagunas entrado el siglo XXI.

Ahora bien, regresando al concepto de las "edades" de la ciudad, Tehuacán ha sido, desde su fundación, un lugar principalmente de comercio entre varias regiones. Une la mixteca alta con el comercio del golfo y del centro. Esto lo ha mantenido en constante cambio durante su historia. Pero tal vez el momento histórico más importante haya sido el que impulsó la industria del agua mineral. Hablamos de los años 30's, 40's y  50's (en 1928 José María Garci-Crespo y Carlos Silva fundan "Manantiales de Tehuacán S.A., que luego se convertiría en Manantiales Garci-Crespo y más tarde en Peñafiel). Es esta industria la que dará una mayor proyección nacional e internacional a la ciudad de Tehuacán.
Este momento histórico quedará plasmado en su arquitectura. El "mejor Tehuacán", por así decirlo, será el desarrollado en ese momento. Encontraremos entonces que si hay alguna arquitectura que debamos cuidar en esta ciudad será la de la primera mitad del siglo XX.
Es el momento en que el desarrollo impulsó nuevas colonias, con nuevas trazas que contemplaban rotondas y paseos, ligadas a la retícula o traza en damero característica del virreinato. Aparecen cines, teatros, hoteles e incluso un centro escolar producto del interés estatal por corregir la enseñanza en los 50's. Libros se han escrito sobre esta época en Tehuacán y no tiene caso citar cada uno de los ejemplos importantes que existieron y que desgraciadamente se han dejado perder por la falta de actuación e ignorancia de los habitantes y sus representantes.

El pretender encapsular el centro urbano bajo el título de "histórico" hará mucho más difícil el ya raquítico intento por defender y preservar el patrimonio de la mejor época de Tehuacán. Los ya pocos ejemplos de los estilos Art Decó y Colonial Californiano (único verdadero estilo de "autor" que ha existido en la ciudad, con las deificaciones del despacho capitalino de Olagaray y de la Mora). Al INAH no le importa ese período y el INBA prácticamente nada hace por su resguardo.
La arquitectura de la mejor época económica y social de Tehuacán se perderá por la ignorancia de quien "quiere que sea histórico el centro".

Tras haber perdido el Reino de Granada, su madre le dijo a Boabdil: "no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre". 
Con acciones retrógradas como esta, de la misma manera lloraremos por el Tehuacán perdido.


--------------

link a la noticia publicada el 22 de mayo de 2009 en "EL MUNDO DE TEHUACÁN":

No hay comentarios.: