lunes, julio 28, 2014

LA CIUDAD BELLA POR SU ENTORNO




Doris, voy a tragarme la montaña, voy a beberme la lluvia, voy a comerme la ciudad. No puedo más.
Dario Lemos


El mayor y más respetuoso elogio que la ciudad debe guardar, es hacia su entorno. La ciudad se debe a su emplazamiento y debe en todo momento rendir tributo a él. Cuando los primeros pobladores decidieron establecerse en un sitio, era por el beneficio que de este podrían obtener: agua, resguardo, tierras fértiles y suelos firmes. Destruirlo con la urbe es igual a renegar de uno mismo, de sus ideas y principios.
Las ciudades deben responder al sitio de su establecimiento así como a las características físicas, geográficas y climatológicas de su medio. Deben guardar y proteger su medio para poder vivir en él. El hombre y sus urbes son parásitos del lugar de su establecimiento. 
¿Respondiendo entonces a las características del lugar, a su genius locci, y en la medida que esto suceda, encontraremos la belleza de la ciudad?
¿Existen ciudades bellas, por que las características de su topos así las dispusieron? ¿Son bellas por su cercanía al mar, por su dominio del desierto, por su adaptación a la selva? o por decirlo de otra manera ¿Las ciudades bellas lo son por que supieron adaptarse mejor a su ambiente, mientras que las que no lo hicieron, no logran entonces sobresalir estéticamente?
Las ciudades son distintas unas de otras por que deben responder a la forma en que se adaptan a circunstancias igualmente distintas. ¿Es esta adaptación el principio para que una ciudad sea bella?

1 comentario:

Anónimo dijo...
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