martes, julio 29, 2014

LA CIUDAD BELLA POR SU ECONOMÍA


La ciudad cree que fuera de ella no hay más que paisaje, patatas y leche; ignoran que también existe una cultura noble, antiquísima e insobornable.
Alfonso Rodriguez Castelao


La ciudad existe durante el tiempo. Pero a lo largo de su continuo temporal su economía varía, encontrando tiempos de bonanza y tiempos de depesión. Se podría pensar entonces que la arquitectura que se crea en ella, como resultado de los factores económicos que afectan a la sociedad, tiene mayores o menores oportunidades de despuntar a la par de los factores económicos.
Se encontrarían entonces zonas que se desarrollan de distinta manera dentro de la misma ciudad dependiendo del tiempo económico al que corresponden, es decir, zonas que reflejen épocas económicamente favorables en sus materiales, propuestas e incluso tamaño de las obras y complejidad de su decoración, opuestas a zonas que se desarrollaron en términos de una economía deprimida que se caracterizarán por obras de menor tamaño, en solares más pequeños, con materiales más baratos.

... ¿pero es esto cierto?   Recordemos que es precisamente como respuesta a épocas de fuertes crisis económicas cuando han surgido las mejores propuestas de diseño (las posguerras europeas, por ejemplo), por lo que menos no es sinónimo de feo, así como abundancia no es sinónimo de belleza (... solo hay que recordar el Partenón del Negro Durazo).

Pero los anteriores pueden ser tomados como ejemplos aislados. La arquitectura responde siempre a la facilidad que tiene de hacerse de su materia prima, sea esta materiales, terrenos mejor ubicados e incluso el diseño de arquitectos reconocidos por sus mejores propuestas.

¿Serán entonces las zonas ricas de las ciudades, las que más bella arquitectura tegan?


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