martes, marzo 28, 2006

La lectura del lugar


El lugar, al existir antes que la ciudad, es quien le permite ser lo que es. La ciudad se desarrolla siempre bajo las condiciones del lugar, tanto físicas como intangibles. El lugar lo forma la topografía propia del sitio, pero también la carga de símbolos que el hombre deposita en él. El lugar es el sitio más el significado que podemos leer de él.
Recorrer la ciudad será entonces vivir esta experiencia del lugar y lo que este ha dejado que hagamos de él. La ciudad es la retroalimentación diaria entre sitio-hombre-sitio... infinitamente.
Así como en la naturaleza más pura, es decir, la que se encuentra más alejada de la intervención directa del hombe, encontramos fallas que nos hablan de acontecimientos extraordinarios, en la ciudad leemos estos acentos en sus edificios sobresalientes, en sus monumentos, en sus hitos.
Las fallas geológicas, eolicas, pluviales o fluviales, se pueden leer exactamente igual que la catedral, el ayuntamiento, el monumento, la plaza de armas.
Todo lo que nos rodea, sea cultura o natura, nos habla de cicatrices del pasado.
Así como el placer mayor al de leer un buen libro es solamente el que nos da el re-leerlo, volver a caminar la ciudad y re-leer sus calles es mejor aún.

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