sábado, octubre 29, 2011

la vieja propuesta para la ciudad nueva





"Allí donde los seres humanos crean problemas, los mismos seres humanos pueden lograr soluciones".
Carl Sagan

"Hay más problemólogos que solucionólogos".
Mafalda

"Mmmmm... me parece que dí una vuelta equivocada en Albuquerque..."
Bugs Bunny


... y esa vuelta equivocada en Albuquerque  se tomó hace más de un siglo, con la Revolución Industrial y el planteamiento de las nuevas zonificaciones urbanas. Separar los usos de suelo tajantemente, ahora lo entendemos, no era la solución para una vida urbana mejor.
¿Qué pasa entonces cuando después de un siglo del reinado del automóvil, del suelo impermeable, de la cultura del deshecho, queremos corregir el rumbo?
La forma en que el ser humano, tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo, ha venido viviendo desde finales del siglo XIX, es la principal causa de los problemas actuales que tienen que ver con el deterioro del medio ambiente y del equivocado uso de los recursos naturales. Pero replantear el "uso" de las ciudades no es fácil y probablemente sea imposible. 
Las ciudades crecieron principalmente por dos grandes inventos: el ascensor que permitió que las construcciones se elevaran más allá de la condición física del hombre para subir escalones, en el sentido vertical; y el automóvil que permitió el crecimiento horizontal haciendo posible la relación de espacios "funcionales" a mayor distancia uno de otro. De estos dos tipos de crecimiento "inhumanos" de las ciudades, el vertical y el horizontal, se derivan distintos tipos de problemas que la ciudad actual debe solucionar.

El crecimiento horizontal de las ciudades demanda a los gobiernos un crecimiento exponencial de los servicios (pues el crecimiento es generalmente concéntrico, no lineal), como pueden ser redes hidráulicas, sanitarias, eléctricas, seguridad, sistemas de transporte más complejos, así como el problema social que tiene que ver con el crecimiento zonificado socio-económicamente que conllevan a un tejido social fragmentado y muchas veces contrapuesto a su interior (zonas marcadamente diferenciadas por el poder económico de sus habitantes).
La solución sería frenar el crecimiento horizontal de las ciudades, intentando nuevos métodos de transporte que sean menos nocivos al medio ambiente, que reduzcan tiempos de traslado, que representen un ahorro en la economía de los habitantes y que generen menor contaminación.

El crecimiento vertical de las ciudades genera un impacto a las redes de servicios existentes para las que no estuvieron nunca calculadas o diseñadas. La densificación de zonas existentes, promoviendo vivienda vertical, solo será posible tras recalcular la capacidad de la zona para admitir un mayor número de habitantes. Una mayor densificación de la ciudad puede convertirse, muy fácilmente, en hacinamiento de sus habitantes.

La solución la debemos encontrar un poco más atrás. Si las ciudades se vieron obligadas a crecer, tanto horizontal como verticalmente, es por que su límite demográfico fue a todas luces sobrepasado. Frenar el crecimiento de la ciudad, en un sentido u otro, para intentar volverlas a hacer más "habitables", no tiene que ver con planes urbanos, sino con políticas de crecimiento demográfico.

La ciudad dejará de crecer solamente cuando su población deje de crecer.  

No hay comentarios.: