martes, junio 16, 2009

entre copas (o "a todo se acostumbra uno...")


Form followed function.

Tras la grata visita de un muy querido amigo el viernes pasado terminé la noche lavando las copas con las que poco antes habíamos compartido un par de tintos y un Asti. Si bien el gusto por el vino, hasta ahora, solo se ha quedado en eso, en puro gusto, y no ha trascendido siquiera a llamarse "hobby" ni nada más pretencioso, siempre me ha dado orgullo tener un buen juego de copas y aprovechar cada ocasión para beber cada uva con su correspondiente contenedor de cristal. Y todo esto lo cito pues la reflexión vino al estarlas lavando, al hacer un poco más consciente la importancia de que así sea; que para cada bebida exista un contenedor específico. Verdaderamente "no se debe" tomar una bebida en la copa errónea. La copa se diseñó siguiendo una función específica en cuanto a tamaño y forma. Existen las diseñadas para guardar los vapores en su interior, hasta que la nariz del bebedor entre por ellos, las hay para recibir la cantidad exacta de licor, o las que son enfriadas para poder prolongar la baja temperatura de la bebida por más tiempo.

¿Por qué nos empeñamos en crear espacios multifuncionales que pretendan recibir cada diferente gota de nuestra vida por igual?

La versión 2.0 de la casa circular, o loft, pretende ser la copa mágica que pueda recibir cualquier bebida en su interior. Estéticamente sorprendente, esa sorpresa dura lo que no tardamos en girar 360 grados la cabeza. En un momento todo está visto. Se acabó la sorpresa. Es ahí donde todas las escenas de la película se llevaran a cabo. Punto.

... prefiero mi juego de copas de cristal.



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1 comentario:

Mario Cisneros dijo...

Buena refleccion... La practicidad de los espacios multifuncionales en ocaciones degrada la autenticidad de sus propositos especificas.
Saludos