lunes, octubre 17, 2005

... con la luna llena de octubre.

Como a veces creo que la libertad es encerrarse uno mismo en la jaula que quiera, he decidido que el principio de este ciclo no se limite por el día primero del mes, o el lunes de cada semana, o el jueves primero de cada 3 meses... el ciclo comenzará hoy, con la luna llena del mes de octubre, todo un espectáculo en la Mixteca. También podía empezar dentro de dos días, con la matanza de chivos... pero ¿para qué esperar tanto?
Este ciclo, que tiene 3 entradas previas que nada tienen que ver directamente con la sustancia de la materia que nos interesa, promete tratarse del pensamiento arquitectónico, y espera ser no un monólogo, sino un extenso diálogo con quienes vayan conociéndolo y dejen un poco de ellos en la caja de propuestas.
Alguien me dijo que los psicólogos acuden ellos mismos con otros psicólogos para sacarse los fantasmas que recogieron de sus clientes. Este es un buen espacio para sacarnos esos fantasmas que a los arquitectos nos embuten los clientes... desde los más vanales hasta los más profundos.
En Barcelona alguien me enseñó que toda obra tiene que tener para el arquitecto, la importancia que tiene para sus usuarios (clientes), y que por lo tanto, no hay obra chica. En ese mismo orden de ideas, no debe haber tampoco "pensamientos chicos".
Para empezar con algún "cimiento", quiero dejar un pensamiento al aire y trabajar un rato, más adelante, sobre eso: la arquitectura de hoy, ¿es más relacionada con su tiempo o con su espacio?

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